¡Hosanna!
- Gersom Cosilion
- 15 abr 2019
- 3 Min. de lectura
Mateo 21:1-11.
Pocos días antes de su sufrimiento en la cruz, Jesús entró en la ciudad de Jerusalén en medio de las alabanzas y de la popularidad de la gente. Su entrada a Jerusalén no fue por casualidad ni por capricho de Jesús. Sino que Él lo hizo para cumplir la voluntad perfecta de Dios.
“Jesús entra montando un asno”.
- El primer hecho es que la entrada de Jesús montando un asno había sido profetizada en las Escrituras, quinientos años antes de que Él naciera, el profeta Zacarías escribió: “He aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.” Zacarías 9:9
- Jesucristo no sólo entró a Jerusalén montando un asno, sino que también fue obediente hasta la muerte para salvarnos, cumpliendo así con la voluntad del Padre.
- El que haya entrado montado sobre un asno pone de manifiesto su humildad.
- Pudo haber entrado en la ciudad acompañado de una hueste de ángeles y con gran sonido de trompetas, pero entró humilde, y cabalgando sobre un asno… Mateo 11:29 Él dijo de sí mismo a sus discípulos y al pueblo: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.
- Las palabras y los hechos de Jesús eran completamente diferentes a los de los escribas y fariseos.
Hosanna… “El Jesús que recibió alabanzas”
- Cuando Jesús entró en Jerusalén, una gran multitud lo aclamó: ¡Hosanna en las alturas!
Hosanna significa “Sálvanos ahora” “Sálvanos hoy” “Sálvanos ya”… Un grito de desesperación
- En ese tiempo, Israel estaba bajo el dominio del Imperio Romano.
- El pueblo estaba oprimido y los judíos eran explotados como esclavos por el gobierno romano.
- Como Jesús se presentó y realizó milagros bajo tales circunstancias, los judíos pensaron que Él sería el libertador que los salvaría del Imperio Romano. En otras palabras, los judíos no comprendieron el propósito de la venida de Jesucristo a la tierra. El vino para dar vida y libertad a toda la humanidad.
- Jesucristo vino para vivificar nuestra alma marchita mediante su preciosa sangre derramada sobre la
- Sin embargo, los israelitas sufrieron una gran decepción cuando se dieron cuenta de que Jesús no sería su libertador del Imperio Romano. No obstante, Jesús no cambió su propósito.
- Él estaba destinado a llevar la cruz en conformidad con el plan de Dios, para que el precio del pecado pudiera ser pagado. Por esto, muy pronto las alabanzas de “hosanna” en los labios de los judíos desaparecieron, y comenzaron a vociferar: “¡Sea crucificado, sea crucificado!”
“Jesús es el Rey de reyes”.
- Cuando Jesús entró en Jerusalén el pueblo tendió sus mantos sobre el camino y lo aclamó: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel! (Juan 12:13).
¿Qué clase de rey fue Jesús? Él no utilizó un caballo, sino un asno.
- Un caballo es símbolo de guerra, mientras que un asno es símbolo de paz.
- Jesús vino al mundo como Príncipe de paz (Isaías 9:6) para darnos la paz.
- Cuando nació, coros angelicales proclamaron que Él es el Príncipe de la paz:
¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! (Lucas 2:14)
- Una prueba de que Jesús vino como rey es el hecho de que la gente le tendió sus mantos en el camino. – Antiguamente se acostumbraba a que si un rey conquistaba otro reino, Al regresar ponían sus mantos y cortaban ramas para recibirle, decían que la tierra no era digna de ellos... Eso hicieron con Jesús
- Sin embargo, el reino de Jesucristo no es de este mundo; es un reino celestial.
- Por lo tanto, todos los días debemos alabarlo como nuestro Príncipe de paz, y vivir con esperanza y gozo, esperando su regreso.
Tú y yo hoy podemos decirle Hosanna… Sálvame, Salva a mi familia, tú para mi si eres el Rey de mi vida.
Hoy no hay mantos, ni ramas, pero si tenemos nuestro corazón y nuestra vida para dárselas a Él.
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