Devocionales de Navidad… Alégrate Jesús nació Jueves 24 – Padre Eterno
- 24 dic 2020
- 2 Min. de lectura

Isaías 9:6… “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro, y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno”
El versículo enseña que el Señor se comporta como un Padre en todo momento.
Al considerar este calificativo descubrimos, en primer lugar, que Jesús actúa con nosotros con la consideración que un padre tiene con su hijo, pero en la suprema perfección del Señor. En esta relación con nosotros como Padre Eterno, se pone de manifiesto la dedicación personal a cada uno. Un padre conoce a sus hijos, sabe cómo son y sabe cuáles son sus necesidades.
Juan 10:14… “yo conozco mis ovejas y las mías me conocen”
No solo sabe que tenemos necesidades, sino cuales son la dimensión de ellas, proveyendo para cada momento conforme a Su conocimiento y a Su gracia.
No debo inquietarme por nada de lo que me falte porque Él sabe de qué cosas tengo necesidad. Sé que me conducirá a pastos delicados y me pastoreará junto a aguas de reposo. Actuando como Padre Eterno, todo lo que le rodea es amor.
La mayor prueba es que en amor dio Su vida para salvar la nuestra.
Él lo dijo así en Juan 10:15… “…pongo mi vida por las ovejas”
La cruz se levanta en la vida de Cristo como manifestación suprema de Su amor.
Por esta causa dejó el cielo y vino a la tierra, haciéndose hombre para poder morir por nosotros. Dio Su vida voluntariamente, porque Su amor corresponde a quien se le llama Padre Eterno. Si dio lo máximo, no habrá nada que repare en darnos para nuestra vida diaria. En cualquier momento y circunstancia estará a nuestro lado.
En las lágrimas y en las pruebas estará con nosotros para sustentarnos en la tristeza.
Las mayores pérdidas serán llevaderas si sentimos Su mano sobre nosotros, y Su voz hablando en medio de la tormenta.
Isaías 41:13 y 14… Porque yo Jehová soy tú Dios quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo… no temas… yo soy tu socorro
Su amor se hará sensible cuando todo otro amor nos falle.
Mi Señor se manifiesta como mi Padre Eterno.
No tengo, pues, razón alguna para sentirme desamparado.
Es cierto que las situaciones por las que paso pueden ser demoledoras, desde el punto de vista del hombre, pero son llevaderas porque la mano de quien se le llama Padre Eterno, tomará la mía para que transite según Su propósito.
Pastores Gersom y Melina
Comments